Eduardo
Mazzitelli è uno degli ultimi sceneggiatori argentini a essersi fatto le ossa
sulle riviste della Columba e della Record per poi approdare in Italia. A
differenza di Wood, Trillo, Saccomanno, Grassi e gli altri autori più maturi si
può quindi dire che lo abbiamo visto “nascere” professionalmente e maturare nel
corso degli anni proprio su Lancostory
e Skorpio.
Prima di
approdare stabilmente alla professione di fumettista svolge vari lavori, tra
cui il più creativo è un impiego nella pubblicità. Il suo esordio ufficiale in
Italia è avvenuto col libero Soci
disegnato da Gerardo Canelo su Skorpio
38 del 1987 e il suo percorso professionale ha toccato tutte le tappe consuete:
una volta dimostrato il suo valore con una lunga serie di “unitarios” gli
vengono affidate le prime miniserie in quattro capitoli, per poi passare a
serie più articolate fino alle “nuove eterne” senza una durata prestabilita
come Dark Ness, Duncan e il più recente Hexmoor.
Lo stile di
Mazzitelli è caratterizzato da una buona dose di ironia che spesso ridimensiona
anche i suoi personaggi più eroici. Dopo una certa frequentazione inziale con
il western e l’avventura storica, si è dedicato con particolare costanza al
poliziesco, al thriller e alla fantascienza ma a differenza di quasi tutti i
suoi altri colleghi ha saputo dare delle ottime e costanti prove anche nel
genere umoristico e soprattutto nel fantasy, genere in cui ha modo di dare
prova in special modo della sua grande originalità e della sua vulcanica
inventiva.
Caso raro ma non
unico (pensiamo alle collaborazioni strettissime di Carlos Trillo con Saccomanno e Dal Pra’),
Mazzitelli ha spesso scritto delle sceneggiature in collaborazione con il
collega Walter Slavich. Quando quest’ultimo abbandona il fumetto per la
televisione, cioè nello stesso periodo in cui scompare Barreiro e Trillo
interrompe la sua collaborazione con l’Eura, Mazzitelli diventa una vera
colonna per Lanciostory e Skorpio, ruolo che riveste ancora di più
oggi pur con l’apertura massiccia dei settimanali alle serie franco-belghe.
Tra le opere più
significative di Mazzitelli vanno ricordate almeno Attraverso il Labirinto (disegnata dal compagno di mille avventure
Enrique Alcatena),
Limite Esteriore (fumetto con cui
Lucho Olivera sembrava tornato ai vecchi fasti), Cleaner Nox (opera disegnata da Ibañez, dapprima in collaborazione
con Nestor Olivera, che sancì il passaggio definitivo di Mazzitelli tra gli
autori a cui dare carta bianca) ma anche tutti quei liberi in cui ha saputo
dare una visione sarcastica e dissacrante del poliziesco e dell’heroic fantasy.
Mazzitelli ha
avuto l’onore, limitatamente all’Italia, di tenere a battesimo Carlos Gomez
come disegnatore visto che la miniserie Banda
di Streghe era scritta da lui.
In Italia alcuni
suoi fumetti sono apparsi sotto gli pseudonimi di Pereira e Edwards.
Quest’ultimo era probabilmente un’originale variazione anglofona dell’abitudine
dell’Eura di indicare alcuni autori con il nome di battesimo (su tutti,
Guillermo per Saccomanno e Walter per Slavich) quando le riviste ospitavano più
fumetti loro.
Quando e dove è nato?
Nací el 4 de noviembre de 1952 en Lomas de Zamora,
pero viví toda mi vida en Adrogué. Ambas ciudades pertenecen a la provincia de
Buenos Aires y son cercanas a la Capital Federal de la República Argentina.
Mazzitelli mi sembra un cognome di origine
italiana: è così?
Efectivamente, muy italiano. En mis épocas de
estudiante muchos compañeros solían decirme “tano”, como sobrenombre. “Tano” es
el apodo afectuoso que se da a los italianos en Argentina, principalmente por
los napolitanos, de quienes hubo una importante inmigración a principios del
siglo pasado. Algunos amigos de aquel lejano tiempo de adolescente siguen
llamándome del mismo modo.
Mi abuelo paterno era italiano, llegado a la Argentina
alrededor de 1900. Mi abuela paterna, española. Mi abuelo materno, paraguayo y
mi abuela materna, francesa. Un típico caso de raíces “multinacionales”, que
son muy frecuentes por aquí.
Sí, mucho. En la infancia, especialmente comic de
superhéroes, que llegaban en castellano publicados por la mexicana Editorial
Novaro. Batman era mi favorito, porque no tenía superpoderes, era un habitante
de la noche y se enfrentaba a enemigos tan divertidos como el Joker o…
¡Gatúbela!. Aunque Linterna Verde, con su anillo capaz de crear cualquier cosa,
resultaba una alternativa alucinante. Además, algunas de las historias más
imaginativas que recuerdo haber leído pertenecían a este personaje.
También coleccionaba las revistas argentinas de Patoruzú, un indio capaz de las mayores
hazañas y el máximo héroe de historietas local, creación del dibujante Dante
Quinterno. Sin embargo, reconozco que su ahijado, el irresponsable, divertido y
bribón Isidoro Cañones, un perfecto antihéroe, me resultaba más interesante. La
primera parte de El Eternauta fue, en
aquel tiempo, otra lectura fascinante.
Lei apprezzava
di più le proposte della Record o quelle di Columba? O i Suoi fumetti preferiti
erano altri che in Italia non conosciamo?
Ya en la adolescencia cambié a los superhéroes por las
revistas de Columba. Con el tiempo fui descubriendo a Robin Wood, Saccomanno, Alvarez
Cao, Grassi, Albiac… Lucho Olivera, Lito Fernández, los hermanos Villagrán,
Canelo, Enio, Vogt, entre tantos otros tipos talentosos.
A mediados de los 70’ aparecían las revistas de
Record, editadas por Alfredo Scutti. Mejor papel e impresión, color directo,
mayor apertura temática. Y una constelación de estrellas como autores. Una
verdadera selección de genios. Personajes destinados a transformarse en
clásicos, entre ellos dos de los mejores trabajos de un tipo tan prolífico como
Oesterheld (“Nekrodamus” y “Loco Sexton”). Pasaron a ser mis favoritas, aunque
no por eso dejé de leer las historietas de Columba.
Lei ha sempre
desiderato scrivere fumetti o questa professione è stata un ripiego oppure un
caso?
Siempre quise escribir. En principio, cuentos. Porque
es difícil proponerse escribir guiones de historieta, por el gusto de hacerlo,
si no se sabe dibujar o no se tiene quien lo dibuje. Pero el deseo de hacerlo
siempre estuvo presente. Era lector de historietas y solamente este género permite
dejar volar la imaginación sin extravagantes gastos de producción, para
permitirse el placer de ver sus delirios transformados en imágenes concretas.
Y la tendencia a fantasear la tuve desde muy chico. En
la escuela primaria redactaba muy bien. Tenía pésima ortografía, pero buena
redacción. Mis maestras alentaban mi vocación por la escritura, hasta que
comencé a abandonar los temas cotidianos, del tipo “¿Que hice el fin de semana
mientras llovía?” y empecé a sumergirme cada vez más en la fantasía desenfrenada.
Si la propuesta era: “Redacción, tema: La Vaca”, seguro que resultaba una vaca
intergaláctica que daba leche radioactiva. Fue entonces que una maestra
escribió con letra grande y roja al final de uno de mis trabajos de redacción:
“Demasiado fantasioso”.
Mi padre, que siempre había querido ser escritor y
leía ávidamente, me dijo: “Bueno, también quiere decir que tenés una gran
imaginación”. A su habilidad para transformar una crítica irrefutable en un
elogio, seguramente le debo el haberme transformado en guionista de
historietas, después de muchos años de seguir alucinando con mis fantasías.
Si ricorda qual
è stato il Suo primo fumetto pubblicato?
Desgraciadamente sí. Se llamaba “El crimen del río” y
lo publicó Columba, creo que en la revista Fantasía.
Hice mucho esfuerzo por olvidarlo, porque era muy malo. Aunque, en esa época,
viví con mucha ansiedad el momento de correr a comprar la revista y verlo
publicado.
Quando Lei ha
cominciato a lavorare nel settore del fumetto che atmosfera di respirava?
L’ambiente era ancora vivace e speranzoso oppure si intuiva già la crisi che si
sarebbe abbattuta sull’editoria argentina?
Creo que se respiraban aires esperanzados, o así lo
veía porque siendo un recién llegado me dejaba llevar por el optimismo natural
de estar ingresando en un ambiente al que deseaba pertenecer.
Columba, Record (con la Skorpio argentina) y Ediciones de la Urraca (con la revista Fierro) dominaban el mercado y cubrían
un espectro muy amplio de posibilidades expresivas. Había una multitud de
lectores que se renovaban con naturalidad y no parecía haber razón alguna para
pensar que el entusiasmo por leer historietas decayera. Pero ocurrió.
Cuando las cosas marchan bien durante mucho tiempo,
sin que nadie se preocupe por analizar las razones (¿para qué molestarse en
analizar por qué funciona lo que funciona?), es difícil comprender los motivos
si dejan de hacerlo. Finalmente es un proceso tan natural y misterioso uno como
el otro.
El mercado argentino de historietas y se fue
desplomando inexorablemente, como resbalando sobre un tobogán enjabonado. Me
temo que nadie haya percibido la crisis como algo casi terminal. Argentina ha
sido durante décadas un país que alterna tiempos de vacas carnosas y rollizas
con tiempos de vacas desinfladas. “Todo lo que cae tiene subir”, supone uno de
nuestros axiomas, contradiciendo cualquier lógica. Imposible imaginar que la
crisis podría ser definitiva (o, al menos, testaruda a la hora de quedarse).
Cuando empezó a advertirse, ya fue demasiado tarde.
L’incontro con
l’Eura come è avvenuto?
El dibujante Gerardo Canelo, un amigo de mucho tiempo,
que se había encargado de presentarme también en Columba, me avisó que Alfredo
Scutti, estaba buscando guionistas. Alfredo no tenía idea de quien era yo, pero
le gustaron mis guiones y comenzó pagándome un precio que casi triplicaba el
que me pagaba Columba. Scutti utilizaba el material para publicarlo en la Skorpio argentina, pero también para
enviarlo a Italia, donde era publicado por Eura Editoriale. Durante varios años
mi relación con la editorial romana fue a través de Alfredo, al punto que
cualquier comunicación pasaba primero por sus manos. Finalmente, a mediados de
los años ‘90 comencé a tener con ellos una relación directa, que se ha
prolongado ahora con Aurea. Así nació también mi amistad con Sergio Loss y Enzo
Marino.
Ricordo che nei
primissimi anni ’90 su Lanciostory e
sopratutto Skorpio c’era un
alternarsi continuo di Sue miniserie disegnate da Alcatena, Olivera, Del
Castillo. Nessuna però era ripetitiva o banale, anzi tutte erano molto originali
e perfettamente chiuse in loro: lavorare sempre e costantemente (e, immagino, a
ritmi frenetici[1]) diventa
quindi uno stimolo alla creatività?
El mejor estímulo para cualquier trabajo es poder
trabajar con comodidad, sin mayores preocupaciones (especialmente económicas,
claro) y con perspectivas ciertas de
progreso. En esas condiciones, una mayor cantidad de trabajo es preferible a
una ocupación discontinua. Porque la práctica intensa, como en cualquier otra
actividad, desarrolla cualquier capacidad (poca o mucha, la que se tenga) y la
mantiene en acción. Pero es indispensable poder concentrarse a pleno en la
tarea, sin factores externos que distraigan, por eso planteaba las condiciones
“ideales” del principio.
Por otra parte el formato de miniserie siempre me ha
caído muy cómodo, justamente porque permite cambiar con mayor frecuencia de
ambientación y personajes. Como lector y espectador de cine he sido muy
ecléctico, me han atraído por igual todos los géneros, como también los cruces
y mezclas de géneros. Por lo que me resulta casi tan atractivo escribir una
historia de piratas, como un policial, como una fantasía heroica, aunque
probablemente con suerte diversa.
Cosa si prova a
lavorare così giovani con delle leggende del fumetto argentino come Lito
Fernandez, Enrique Breccia e Arturo Del Castillo?
La timidez en el trato con las grandes figuras es el
sentimiento que parece más habitual cuando se empieza. A veces la única
comunicación que tenía con el dibujante eran las indicaciones que contiene un guión
sobre las imágenes. Y trataba de esforzarme para que se entendieran que
solamente eran sugerencias sobre cómo enfocar un plano, o que tipo de elementos
mostrar y no una “pretenciosa” exigencia de mi parte. Fuera de ese “susto”
inicial que provoca el saber que tu trabajo caerá en manos de una figura
estelar, resulta algo emocionante (todavía resulta) ver tu nombre junto a la
firma de los artistas que admiraste siempre, tanto en los casos que mencionaste
como en los de otros con los también tuve el privilegio de compartir créditos
de autor.
Otra cosa que ocurre al trabajar con los grandes es
que te va enriqueciendo el modo de imaginar una historia en imágenes. Muchas
veces le planteas a un dibujante que haga una cosa y te dibuja otra. Al
comienzo puede parecer un poco irritante, pero si te preocupás por analizar las
razones que llevaron a decidir ese cambio, encontrás respuestas interesantes sobre el manejo de la parte
visual, que el dibujante conoce e interpreta mucho mejor, y que sirven para
aprender y plantear más eficientemente las imágenes de guiones futuros.
Oltre che in
Italia e Argentina in quali altri paesi ha pubblicato i Suoi fumetti?
Me resulta difícil responder a esa pregunta. Podría
decir, simplemente, que casi no se han publicado trabajos míos fuera de Italia
y Argentina, pero debería agregar de inmediato: “al menos, que yo sepa”.
Por casualidad, encontré alguna vez revistas españolas,
brasileras o norteamericanas donde aparecían historias mías sin que nunca nadie
me haya pedido autorización ni cerrado un acuerdo comercial para hacerlo. La
cuestión de los derechos de autor termina resultando bastante caótica, mucho
más desde que los medios digitales de los que se sirven los nuevos métodos de
impresión no necesitan ni siquiera de la obtención de los dibujos originales.
Lei aveva la
facoltà di scegliere il disegnatore delle Sue sceneggiature oppure era in base
al disegnatore che le scriveva? Glielo chiedo perchè ho notato che a seconda
del genere c’era un disegnatore specifico: ad esempio Meriggi per il fantasy,
Fernandez per l’umorismo e ovviamente Del Castillo per il western e le storie in
costume.
Hay un modo de trabajar que podríamos establecer como
el “ideal”. El dibujante y el guionista se sientan a conversar sobre lo que
ambos quieren hacer y surgen las coincidencias sobre las cuales apuntalar el
resto de las cosas. Lo “ideal”, que no siempre es lo frecuente. Muchas veces el
inicio de una serie es un llamado del editor diciendo: “Necesito algo para tal
o cual”. Si conoces al dibujante porque trabajaste muchas veces con él ya
deberías tener un “mapa” sobre lo que le gusta hacer, sobre lo que lo incomoda
hacer y sobre lo que decididamente odia que le pidan. Un buen profesional puede
hacer lo que sea, pero, ¿a quién beneficia fastidiarlo pidiéndole lo que le
causa desagrado? Mejor si el dibujante está feliz, su rendimiento será
superior. Igual que si el guionista está feliz. Finalmente, el resultado será el
óptimo y también los lectores (y especialmente el editor) estarán felices. ¿Qué
mejor a que todo el mundo esté feliz?
Alfredo Scutti, que era un amante de la historieta,
tenía una capacidad única para formar equipos de guionistas-dibujantes y
sugerirles la temática en la que mejores resultados obtendrían. Muchas veces le
llevaba una serie con la idea de que la dibujara alguien y él pensaba que debía
hacerla otro. En medio de la discusión se las arreglaba para, “distraídamente”,
darle los guiones a quien él quería y el resultado siempre era bueno.
Básicamente teníamos un plantel de dibujantes al que
había que alimentar de trabajo constante, entonces: había que pensar miniseries
para Quique, para Lucho, para Enrique Breccia, para Del Castillo, para Rubén
Meriggi, para Canelo, etc. (Lalia hacía Nekrodamus).
Y buscábamos los temas en los que se podían sentir más cómodos (no siempre con
éxito, supongo). Después, se fueron abandonando las miniseries por decisión
editorial de Eura, y algunos dibujantes dejaron de estar disponibles. Por
ejemplo, Lito Fernández empezó a hacer Martin Hel y Carlos Gómez, Dago. Por lo que algunas series como “Browning
& Cooper”, que dibujaban en equipo, no pudieron continuarse.
Come è nato il
sodalizio con Walter Slavich? Vi siete conosciuti quando eravate già entrambi
professionisti o prima?
Conocí a Walter en las oficinas de Ediciones Record, a
fines del año 86’. Ambos veníamos de haber trabajado en Columba, pero ahí no
nos habíamos cruzado nunca.
Teníamos mucho entusiasmo, buenas expectativas
respecto del futuro, grandes planes para tener éxito con las historietas y, con
tantas cosas en común, no nos llevó mucho tiempo hacernos amigos.
Aquellos comienzos en Eura fueron una época
fantástica. Podíamos hacer todas las miniseries que queríamos, con absoluta
libertad de géneros y temas, había muchos dibujantes necesitando trabajo.
Existía un buen clima entre los colegas, dibujantes y guionistas compartíamos
largas conversaciones en la editorial, o en algún bar cercano. Hablábamos
frecuentemente sobre el trabajo. Fue un tiempo de mucha bohemia y creatividad.
Un tiempo inspirado.
Aunque, ahora que lo pienso, en realidad no duró
tanto. Dos años, como mucho, quizá menos.
Eura cambió la política editorial respecto de
Ediciones Record, que era su principal proveedor de material artístico, suspendió
las miniseries y series, para fijarnos un cupo de unitarios que debían ser, en
su mayoría, policiales-urbanos-actuales. Fue un golpe. Pensábamos que estábamos creciendo y evolucionando sin
techo, y de pronto, todo se detuvo ahí. Y quedó detenido ahí durante varios
años.
Por supuesto continué trabajando para Eura durante
mucho tiempo, pasando por nuevas etapas de “altas y bajas”, pero las cosas
nunca volvieron a ser como antes. Ese ambiente de trabajo tan especial ya no
pudo repetirse.
Come avveniva il
lavoro di sceneggiatura “a quattro mani” insieme a Slavich? I soggetti li
decidevate insieme oppure c’era un lavoro più dinamico (uno cominciava a
scrivere, l’atro correggeva e così via)?
Con Walter nos entendimos rápidamente, al punto que
parecía que nos conocíamos de toda la vida. Hablábamos de los mismos temas,
compartíamos el mismo tipo de humor y, en lo esencial, pensábamos de manera
parecida. También con el trabajo podíamos entendernos con facilidad. Si nos
sentábamos a escribir un guión entre los dos, lo escribíamos rápido y no
necesitábamos hacerle correcciones.
Sin embargo, había algo que no estaba del todo bien en
esos guiones, al menos según yo lo veo.
Los dos teníamos estilos diferentes que volvía a nuestros trabajos en solitario muy personales. Eso era lo que nos permitía escribir entre los dos casi la totalidad de la Skorpio argentina. Su trabajo tenía sello propio y el mío también. Al trabajar juntos eso se perdía. Los guiones no eran totalmente de Slavich, ni totalmente de Mazzitelli. Con el tiempo optamos por conversar las historias y cada uno se ocupaba de escribirlas alternativamente. O, simplemente hablábamos sobre la serie en general y encarábamos la elaboración de los capítulos con bastante independencia.
Los dos teníamos estilos diferentes que volvía a nuestros trabajos en solitario muy personales. Eso era lo que nos permitía escribir entre los dos casi la totalidad de la Skorpio argentina. Su trabajo tenía sello propio y el mío también. Al trabajar juntos eso se perdía. Los guiones no eran totalmente de Slavich, ni totalmente de Mazzitelli. Con el tiempo optamos por conversar las historias y cada uno se ocupaba de escribirlas alternativamente. O, simplemente hablábamos sobre la serie en general y encarábamos la elaboración de los capítulos con bastante independencia.
Personalmente no soy muy partidario de escribir en
equipo. Me parece que el trabajo creativo es muy personal. Trabajar con otro
tiene algo de limitante y es que siempre te estás preguntando si el otro
quedaré realmente conforme con tal o cual idea. Y el crecimiento de un
guionista se da por un camino en particular, por el cual no necesariamente
tiene que transitar algún otro. Para mí era grato y sencillo trabajar con
Walter porque éramos amigos y, como dije antes, interpretábamos las cosas de
manera muy parecida, pero creo que cuando cada uno seguía su propio camino y
ponía su toque personal al trabajo, el resultado era más satisfactorio.
Da quel poco che
ho potuto vedere delle riviste originali, anch’io ricordo quel periodo (a metà
degli anni ’90) in cui lo Skorpio
argentino si basava interamente sui fumetti scritti da Lei e da Slavich: il
materiale era realizzato proprio per la Record o si trattava di una edizione
argentina di fumetti realizzati per l’Italia?
A mediados de los 90’ la principal actividad de
Ediciones Record era proveer a Eura de material.
Se publicaba la Skorpio
argentina, que tenía buenas ventas, pero era la editorial italiana la que
fijaba las pautas a seguir. Esto quedó claro en la época a la que hice
referencia antes. Nosotros, tanto guionistas como dibujantes, nos sentíamos
convencidos de estar haciendo muy buenas cosas, hasta que Eura decidió cambios.
Así de clara era la situación. Estábamos teniendo buena repercusión con la Skorpio argentina, que comenzaba a
remontar sus ventas después de un largo período de escasez, pero la editorial
italiana tenía otros planes para sus revistas y a eso había que adaptarse.
De todos modos, vale recordar que estamos hablando de
un tiempo anterior a la difusión de Internet. Tampoco nos enviaban las revistas
y sólo muy ocasionalmente nos llegaba alguna carta de lectores italianos
hablando de nuestro trabajo. Es decir que no teníamos casi noticias sobre lo que estaba ocurriendo en
Italia con nosotros. Sabíamos que existía una tradición de lectores italianos
leyendo historieta argentina. Y eso nos alentaba a creer que lo que era bueno
para Argentina, también lo sería para Italia. Por lo que, finalmente, la
referencia que teníamos era el público argentino.
Algunos años después, consultando a los amigos
italianos del Fórum de Internet de Eura sobre algunas series que aquí tuvieron
buena repercusión, como “Browning & Cooper”, “Límite Exterior” o “Bacteria”[2],
parecían haber pasado allí bastante desapercibidas. Algo que, no voy a negarlo,
me resultó un poco frustrante.
In una recente intervista ha detto che oggi
trova le Sue prima sceneggiature troppo complesse, ma io mi ricordo che i Suoi
primi fumetti erano pienamente godibili e chiari. A cosa faceva riferimento di
preciso?
En principio, te agradezco el elogio. Y sí, el tema
merece una aclaración. La entrevista de referencia fue hecha por un crítico y
experto en historietas, y otros ámbitos de la cultura, llamado Andrés
Valenzuela. En un momento Andrés me preguntó qué había cambiado en mi manera de
trabajar con el paso de los años y, en realidad, tenía poco para contestarle. He
sido bastante consecuente-testarudo en mis métodos de trabajo. A pesar de lo
cual, no quería dejarlo sin respuesta. Entonces pensé en “Cleaner Nox”, aunque
no hice referencia a la serie porque no se conoció en la Argentina.
“Cleaner Nox” fue seguramente la mayor decepción que
tuve en mi carrera de guionista. Eura me estaba dando la oportunidad de tener
un proyecto para que lo manejara totalmente yo, que además sería una serie larga
con una interesante cantidad de páginas mensuales. Bien, llevaba tiempo sin
hacer series, pero el concepto de serie había seguido evolucionando (y
complejizándose) en mi cabeza. Nunca puse tanto tiempo, energía y preparación
en un trabajo. Para la segunda saga, que hablaba sobre los indios de
Norteamérica, leí por los menos 5 libros sobre sus mitos para estar seguro
sobre lo que estaba hablando. Además, en aquel momento yo tenía un concepto que
era cuando menos… audaz. Pensaba que se debía transformar al lector en
“coautor” de la historia. Esto es, dejar la suficiente cantidad de puntos
oscuros o vacíos en la trama para que el lector los rellene con información
propia, más subjetiva, lo que podría transformar al relato en algo más
personal, más suyo. El resultado no fue bueno (aunque, si me permiten decirlo,
a mí la saga de Marilyn Monroe me sigue gustando) y yo decidí interrumpir la
serie para replantearme lo que estaba haciendo. La primer decisión, la que
tiene que ver con la respuesta a Andrés Valenzuela, fue… nunca más algo
parecido a “Cleaner Nox”. Nada tan trabajoso, complejo, difícil.
Como sea, hubo una breve continuación de la serie,
ahora llamada simplemente “Nox”, menos hermética, a la que difícilmente vean
publicada alguna vez. Hicimos con Ibáñez una saga y media (esta vez la serie
fue interrumpida para que nos concentráramos a los unitarios de 20 páginas) que no creo que en el futuro sea retomada.
Al termine di Attraverso il Labirinto ci sono vari
ringraziamenti, tra cui mi ha colpito quello a Grant Morrison: cosa Le piace
dello scrittore scozzese? Sempre che quella dedica fosse Sua e non di Alcatena.
Como sucedió con la mayoría de las menciones en el
final de “Travesía por el laberinto”, ambos estuvimos de acuerdo en incluir a
Morrison y la admiración hacia él es compartida. Personalmente aprecio en su
trabajo el ingenio, la audacia, la trasgresión de límites y la exploración de
situaciones tan divertidas como insólitas. En el momento de las dedicatorias
había leído solamente un poco de “Doom Patrol”, pero me alcanzó para
deslumbrarme. Después seguí con más atención muchos de sus trabajos, aunque
resulta inevitable hacer referencia a “Arkham Asylum”, seguramente uno de los
grandes momentos de la historieta mundial.
Finalmente me asombra de Morrison la irreverencia con
la que es capaz de tomar un personaje clásico, deshacerlo por completo y
volverlo a armar según su absoluta voluntad.
Oltre alla Sua
produzione (comunque ricchissima) che abbiamo visto anche in Italia ci sono
fumetti che per qualche motivo non sono stati pubblicati dall’Eura?
En principio, mis primeros trabajos para Columba, una
veintena de unitarios policiales a los que considero definitiva y afortunadamente
perdidos, y algunas miniseries dibujadas por Lito Fernández, Alberto Saichann, Alfredo
Falugi, Alberto Macagno y Horacio Ottolini-Carlos Pedrazzini. Todas con
ambientación policial, salvo un western que dibujó Macagno.
Después, no hay mucho para mencionar. Tres trabajos
hechos con Quique Alcatena: “Demian” (una fantasía heroica hecha para Columba),
Faustus (un aventurero arrogante y algo romántico del siglo XVIII) y
Esquizoopolis (delirio satírico de género policial, un poco surrealista).
“La máscara espectral”, con dibujo de Leonardo Manco
(personaje misterioso de la noche del cual nos hemos prometido – muchas veces –
hacer algún día una nueva versión)
“Tecnocaos”, con dibujo de Silvestre Szilagyi (ciencia
ficción, en un futuro donde toda la tecnología comienza a fallar)
“La era del nigromante”, con dibujo de Ricardo
Villagrán (ambientada en un mundo futuro donde la tecnología había sido
desplazada por la magia).
Ninguno de esos trabajos fue ofrecido a Eura. Al menos
no por mí.
Es muy posible que Columba
haya vendido el trabajo sin comunicármelo. La gente que originalmente manejaba
la Editorial era muy seria y nunca hubiera dejado de pagarle a un autor, pero
la empresa, después, fue pasando por diferentes manos, no todas demasiado
confiables.
Ahora bien, esta serie tiene
una historia tragicómica que merece la pena contarse.
Nació como un proyecto que
le propuse a Ricardo Villagrán para hacer una serie larga, sin final
previsible, que podía ofrecerse al mercado estadounidense. Así la pensé y con
esa idea de extensión comencé a escribirla.
Cuando Ricardo ya estaba
dibujando el segundo capítulo me propuso que le diera un “cierre” provisorio en
el tercero. La serie, después, podría continuar, pero le parecía más factible
venderla si era de tres capítulos.
Con la serie ya terminada,
Ricardo se la ofreció a Columba, que por alguna razón exigió que fuera de 4
capítulos y además, que algunos textos fueran modificados para que le
resultaran más claros al lector.
Mientras estaba modificando
los textos, la editorial publicó, por error, los dos capítulos originales y los
continuó con los de la nueva versión. Tal como se publicó, a pesar de ser el
autor, la historia me resultó imposible de entender. Pero, aún así, llegaron 3
cartas elogiándola.
Supongo que si Eura publicó
3 capítulos, debe ser la versión original completa. O eso espero. Porque si
además de mezclar los capítulos omitieron uno, me asusta imaginar cual pudo ser
el resultado.
Lei ha scritto
fumetti di generi molto diversi, ma anche dalle dimensioni più varie: oltre ai
classici “unitarios” ha realizzato miniserie, serie canoniche in 12 capitoli,
serie molto lunghe (Dark Ness, Shankar, Duncan) e fumetti di 20/30 tavole quando Skorpio adottò il nuovo formato nel 2004: c’è una dimensione in cui
si trova più a suo agio o tutto dipende dal tipo di storia e dalle imposizioni
dell’editore?
Un formato en el que me sentí muy cómodo trabajando
fue el de los unitarios de 20 páginas, que me permitió contar historias que
hubiera sido imposible resumir en dimensiones más pequeñas.
Las miniseries de 5 a 12 capítulos ofrecen el
beneficio de la variación de temas, historias y personajes. Y un
aprovechamiento mucho más intenso de tramas que de otra manera podrían prolongarse
innecesariamente.
Aunque, últimamente, me resulta especialmente
interesante escribir series largas, divididas en sagas de 5 capítulos.
Pero nunca soy yo quien decide. Antes Eura y ahora
Aurea han cambiado, por períodos, en su interés para que haga unitarios (y de
estos, a veces cortos, a veces largos), miniseries (en las que sí he tenido
libertad para proponer el número de capítulos), o series largas.
Como resultado de esto, y por el entusiasmo para
escribir una historia que me gustase especialmente en el momento de
encontrarla, he condenado a algunos relatos a un formato algo ajustado, cuando
pudieron haber tenido uno más extenso.
Di solito che
stile adotta per scrivere le sceneggiature? È molto dettagliato oppure
sintetico? Oppure cambia stile in funzione del disegnatore che realizzerà il
fumetto?
No detallo demasiado las cosas cuando hago la
descripción de las imágenes. Solamente lo imprescindible. Lo que tiene que
estar o resultar claro para que se entienda la historia. En ocasiones, si
siento que estoy complicando un poco al dibujante, le planteo una sugerencia de
cómo resolverlo. Pero es eso, una sugerencia. A veces marco una secuencia de
planos que podrían darle a un momento determinado de la trama un dramatismo
“cinematográfico”, pero tampoco es algo que me parezca imprescindible.
La parte visual le corresponde al dibujante. Creo que
lo mejor es no interferir con su trabajo dando instrucciones innecesarias.
Si, además, el dibujante es alguien a quien conozco
mucho (Alcatena, por ejemplo) dejo de lado mencionar muchos detalles sobre la
imagen, porque seguramente ya los hemos hablado, o porque no hacen falta
mayores aclaraciones.
C’è un
disegnatore con cui Le sarebbe piaciuto lavorare, anche di epoche e paesi
diversi?
Hay muchos. Pero me gustaría hacer especial mención a
aquellos con los que pude haber trabajado y lamentablemente no sucedió.
Por ejemplo, Jorge Zaffino, a quien conocí a mediados
de los 90’, cuando él estaba buscando alguien con quien hacer una serie
ambientada en la Argentina. Yo tenía una idea que a él le gustó y tuvimos un
par de conversaciones para ajustar detalles. Hasta bocetó algunos personajes en
servilletas de papel que lamentablemente perdí. Había buena voluntad de los dos
para realizar el proyecto, pero era un momento en que ambos teníamos mucho
trabajo y las conversaciones empezaron a espaciarse, hasta que decidimos
postergar el proyecto sin fecha fija, algo que resultó definitivo.
Alfredo Scutti organizó una vez una reunión con Carlos
Meglia, pensando en que él y yo podíamos hacer una buena dupla de trabajo.
Meglia tenía una idea fantástica sobre un ángel exterminador, del que me
describió con mucho detalle las que podrían haber sido las primeras páginas. En
el viaje de regreso a mi casa armé la continuación de la historia y me puse a
trabajar con mucho entusiasmo. Pero unos días después Carlos se excusó, porque
se había comprometido con Trillo para realizar un trabajo que requería un gran
volumen de páginas… nada menos que Cybersix.
También estuve cerca de trabajar con Francisco Solano
López. Después de la muerte de Ricardo Barreiro, Solano estaba buscando un
guionista y Lito Fernández tuvo la gentileza de recomendarme. Tuve varias
conversaciones telefónicas con Solano, tratando de mantener una reunión en su
casa, pero siempre, por razones suyas o mías, a último momento el encuentro
terminaba frustrándose. Hasta que dejamos de intentarlo.
Tampoco entiendo por qué nunca trabajé con Juan
Zanotto, al que veía con frecuencia en las oficinas de Ediciones Record, o con
Luis García Durán, con quien, junto a otros colegas, compartimos una aventura
digna de adolescentes de intentar auto-editarnos en la Argentina.
Bien, si tuviera que hacer una lista sobre los
dibujantes con los que me gustaría trabajar, sería interminable. Pero nombro a
estos porque siempre lamentaré no haber trabajado con ellos cuando tuve
oportunidad.
La rivista
autoprodotta a cui ha accennato era Hacha,
giusto?
Efectivamente, se trata de Hacha. Luis García Durán
fue el principal promotor del emprendimiento. A partir de él, y corriendo la
voz entre colegas, se organizaron por lo menos 3 reuniones a las que
concurrieron, alternadamente, casi todos los trabajadores de la historieta que
estaban en el país. La Editorial Columba, que fue la principal escuela de
formación de artistas y una importantísima fuente de trabajo para mucha gente,
había entrado en crisis y con ella toda la industria de historietas local. La
idea de Luis era hacer algo para sostener a la producción nacional y nos
convocaba a todos para que aportáramos ideas. Finalmente, el grupo que mantuvo
interés en el proyecto (Luis, Quique, Walter, Lalia, Leo Manco, Gustavo
Schimpp, Ariel Rodríguez Migueres y yo) decidimos publicar una revista (llamada
Hacha), que no pudo sostenerse en el
tiempo, porque todos estábamos trabajando para el exterior, teníamos mucho
trabajo y resultaba especialmente sacrificado para los dibujantes tener que
llegar a la fecha de entrega del material, para que la revista se editara con
continuidad. Como sea, para mí fue una experiencia fantástica, de la que nunca
me arrepentiré de haber participado.
Domanda
obbligata: a quale nuovo fumetto sta lavorando attualmente?
Terminamos hace poco “Syridiana”, una mini de 12
capítulos dibujada por Quique, que seguramente Aurea comenzará a publicar
pronto. Trata sobre unos personajes sobre los que ya hablamos en “Sangre negra”[3]. Los
Maralha, la casta más maligna que haya existido nunca. Aunque esta vez es una
historia de amor.
Estoy escribiendo ahora el segundo capítulo de “La
niña de sal”, también con dibujo de Alcatena, en una ambientación
seudo-japonesa, que tiene como protagonistas a un enorme luchador y una niña pequeña,
entre demonios, brujos y maldiciones.
Tra i Suoi
progetti al momento c’è solo il fumetto oppure Le piacerebbe provare qualche
altro tipo di scrittura, come il romanzo, il cinema, il teatro o la televisione?
Profesionalmente, nada más que historietas. Escribo
cuentos. Como expliqué antes, desde chico he escrito cuentos, pero la mayoría
los he perdido. Como sea, ni siquiera los más recientes he intentado
publicarlos. No puedo explicar los motivos, tal vez me he asumido absolutamente
como guionista de historietas.
Siempre existe la idea de una novela rondando mi
cabeza, temas no faltan, aunque sí falta tiempo.
Ahora bien, la gran expectativa de mi vida es escribir
alguna vez un guión cinematográfico, fanático del cine como siempre he sido.
El tiempo dirá. Tampoco me propuse ser guionista de
historietas. Simplemente se dio. Tal vez, algún día, se dé otra cosa.
Grazie per la
disponibilità.
Soy yo quien te agradece tu amabilidad de haber
pensado en mí para una entrevista.
[1] Su Nuvolette di Lanciostory 46 del 1998 Mazzitelli ha
dichiarato di lavorare al computer in cucina in modo da avere sempre a
disposizione una tazza di caffè caldo per riuscire a portare a termine le
consegne!
[2] Disegnate
rispettivamente da Lito Fernandez, Lucho Olivera a Alberto Saichann, sono
comparse a partire da Lanciostory
8/1992, Skorpio 10/93 (con una
ripresa su Lanciostory degli episodi
rimasti inediti inizialmente) e Lanciostory
25/98.
Intervista molto gradevole e ricca di info, grazie.
RispondiEliminaL'esordio di Eduardo Mazzitelli fu effettivamente sulla rivista Fantasía, precisamente Fantasía Súper Color 54 datata 16/6/1980, con la citata storia "El crimen del río", numero di sceneggiatura assegnato dalla Columba: 6-225, disegni di Carlos Meyer (Carlos A. Meyer Saldivar), 11 tavole.
Nel link la cover, purtroppo in formato piccolo:
http://yfrog.com/05fantasiasupercolor54j